El Yogurt de la Abuela: una alternativa
artesanal
y orgánica
En su fábrica ubicada en el sector de San Pedro en La Esperanza, a
unos 15 minutos de Ibarra, Doña Gloria nos recibe con su carisma y amabilidad
que se perciben desde que se la conoce.
Comenzó hace casi 40 años en el mundo de los lácteos,
en 1975, cuando por iniciativa propia, y como ella dice, “porque le picó el
bichito de la curiosidad”, decidió aprender sobre la elaboración de estos
productos.
Según relata, ella fue la primera en elaborar
yogures en la zona norte del país, es decir en Imbabura y Carchi, pero su afán
no era crear una empresa grande ni hacer una fortuna, “sino ayudar a la gente
del sector y ofrecer un producto natural”.
El lugar donde elabora sus yogures es un pequeño
espacio, adecuado en su finca, en donde se siente un ambiente de paz, muy
diferente al de las grandes fábricas de yogures. Rodeada de refrigeradoras,
ollas, barriles, mezcladoras… Doña Gloria elabora sus productos tres veces al
mes.
Ella produce yogurt orgánico. Según explica, no usa
nada de químicos para su elaboración, “iniciando desde la leche pura y fresca, que
proviene de vacas alimentadas en
pastizales y ordeñadas en el campo”.
La fabricación de estos yogures se realiza a base
de cultivos naturales. “Sus beneficios regeneran la flora intestinal y previene
la cistitis y alfa crónica. Su producción es netamente artesanal”.
El yogurt de la abuela produce enzimas que son
absorbidas directamente por la pared del intestino causando que estas protejan
y eviten el cáncer de estómago.
Gladys López, una de sus principales y constantes
clientas, afirma que desde que consume el yogurt, su gastritis y problemas
estomacales han disminuido y ha mejorado su digestión. Para ella consumir el
yogurt se convirtió en un hábito para mejorar su salud.
Para su preparación, Doña Gloria explica que
inicia colando la leche, que se la esteriliza a base de fuego durante dos
horas, para matar todas las bacterias.
Posteriormente se emplean las fórmulas y las
vacunaciones que producen los fermentos para elaborar el yogurt. Luego, este
material entra en las cámaras de incubación con sus respetivas temperaturas, posterior a ello inicia el proceso de cultivo,
se determina la homogeneidad, el aroma y el grado de acidez. Doña Gloria
resalta que para este proceso no se emplean colorantes, sino vegetales. El
azúcar también se esteriliza con el fin de evitar cualquier químico que pueda
contener.
En la fábrica se producen cinco tipos de yogurt
diferente: el bebible; el dietético elaborado para personas con diabetes o con
problemas en el aparato digestivo y la flora intestinal; parfait que consiste
en yogurt, crema y 3 capas de mermelada; y el condensado elaborado con capas de
yogurt, leche y crema.
Se envasa en vidrio y únicamente el bebible en
envases de plástico. Los sabores pueden variar entre mora, frutilla, durazno,
guanábana, naranja, mandarina, coco, piña y mango, elaborados con frutas cosechadas
de manera orgánica.
Martín Proaño, es uno de sus sobrinos quien al
momento de elaborar el yogurt colabora en el proceso, él comenta que la realización se basa en el trabajo en equipo
de los integrantes, ya que cada uno se empeña en hacer su labor con dedicación. ´´ Es un ambiente en el que todos nos
esforzamos por contribuir y crear un buen producto artesanal.´´
Para Doña Gloria, la salud es la fuente de la
vida, ´´ no se puede vivir dignamente si no estamos sanos y no servimos a los
demás, esa es la riqueza que tiene el ser humano.´´
El Yogurt de la Abuela, más allá de pretender ser
un negocio, busca abrir fuentes de trabajo para las personas de la zona, que en
su mayoría son de escasos recursos, dedicadas al campo y a pequeñas
producciones de sus ordeños o cultivos, contrastando con los valores de
solidaridad y empatía que definen a Doña Gloria.